Por qué 2026 separará a las marcas que entienden al consumidor de las que solo lo persiguen

Si algo dejó claro 2025 es que ya no podemos seguir haciendo más de lo mismo. No podemos seguir llenando redes sociales de contenido que nadie pidió, ni seguir apostando por campañas que se sienten desconectadas del consumidor real. Los datos que hemos analizado desde HubSpot muestran una tendencia que ya ningún equipo de marketing puede ignorar: el usuario cambió más rápido que las marcas. Y en 2026, ese desfase será insostenible para aquellas marcas que no se adapten.

Para empezar, 2026 será el año definitivo del marketing basado en datos propios. La eliminación progresiva de cookies no es un tema técnico: es un cambio profundo en cómo las empresas se relacionan con las personas. Las marcas sobrevivirán en la medida en que hayan construido la capacidad de leer, interpretar y activar su propia información.

Y esto no significa guardar datos en tablas infinitas; significa entender al usuario como un ser completo, no como una métrica, y esto lo hemos visto una y otra vez: las empresas que tienen una visión unificada de su cliente crecen más rápido, gastan menos y construyen relaciones más sólidas.

Al mismo tiempo, la inteligencia artificial dejará de ser un “atajo” para crear contenido y se convierte en un verdadero aliado estratégico. En 2025 vimos un crecimiento masivo en la adopción de IA entre los equipos de marketing —más del 70 % ya la usa, según datos del State of Marketing. Pero lo que viene no es simplemente más uso, sino un uso más inteligente. En 2026 la IA aprenderá de nuestros propios datos, identificará patrones que no vemos y nos ayudará a tomar decisiones más informadas. Y sí: escribirá, diseñará y analizará, pero lo más importante es que nos liberará espacio y tiempo para hacer lo que ninguna máquina puede hacer por nosotros: pensar mejor, crear mejor, conectar mejor.

Este cambio también transformará la manera en que descubrimos contenido. La búsqueda tradicional ya no es el único camino. Hoy competimos en un ecosistema donde motores de IA —como ChatGPT, Perplexity o los asistentes integrados en navegadores— recomiendan, priorizan y resumen información. Esto abre paso a un concepto que crecerá con fuerza: AEO (Answer Engine Optimization, u optimización para motores de respuestas). Ya no optimizamos solo para buscadores, sino para modelos que interpretan y entregan respuestas. En HubSpot vemos cómo el contenido que mejor funciona en estos entornos es el que es útil, verificable, claro y estructurado. Es un giro profundo: pasamos de escribir para un algoritmo que rastrea, a escribir para una inteligencia que interpreta. Y las marcas que no adapten su estrategia a este nuevo flujo de descubrimiento quedarán fuera de la conversación.

Otra transformación clave será la del contenido. Durante años vivimos atrapados en la idea de producir más y más piezas, como si la frecuencia fuera sinónimo de impacto. Pero el comportamiento del usuario está enviando un mensaje contundente: no quieren más contenido, quieren contenido que sirva. Los análisis más recientes muestran que los artículos, videos o guías que más crecen son los que resuelven un problema puntual en el menor tiempo posible. Para 2026, la calidad —y especialmente la utilidad— será el único camino. El volumen por sí solo no mueve la aguja; la claridad, sí.

Hablando de automatización, 2026 será el año en que deje de ser un diferencial para convertirse en un requisito mínimo. La experiencia del usuario no puede fragmentarse. No puede sentirse como si WhatsApp fuera un equipo, email otro, redes sociales otro y el CRM otro. El consumidor quiere una sola conversación con una sola marca, sin importar dónde ocurra. Hoy es evidente que las compañías con automatización omnicanal consolidada tienen tasas de cierre y retención mucho más altas. No porque tengan más campañas, sino porque tienen campañas coherentes.

Y en medio de toda esta precisión tecnológica, hay un elemento que recuperará un valor enorme: la creatividad. No la “bonita”. No la “viral”. La que conecta, que interpreta, que entiende los matices culturales y emocionales de las audiencias. En un mundo donde la mayoría del contenido será generado por IA, el único diferencial real será la perspectiva humana. Esa chispa que no se puede programar.

Para Colombia, esto representa un reto y una oportunidad. Muchos equipos en el país son pequeños, pero ágiles. Muchos han avanzado en digitalización, pero aún no logran integrar datos, canales y automatizaciones. Para 2026, dar ese salto será determinante. No se trata de competir con presupuestos gigantes, sino de competir con inteligencia: con datos propios, con IA integrada, con contenido útil y con creatividad con propósito.

Por eso, 2026 será el año en que el marketing deje de improvisar. El año en que pasemos de hacer más a hacer mejor. El año en que transformemos la presión por resultados en una estrategia más humana, más informada y más eficiente.

Porque al final, la verdadera revolución no está en la tecnología: está en todo lo que nos permite hacer mejor. Y ese será el verdadero diferencial del marketing que viene.

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