Autenticidad vs. monetización: dilema digital

Para nadie es un secreto que las redes sociales son un canal que brinda una oportunidad única para que las empresas y los influenciadores conecten con sus públicos, sin embargo, durante la creación de sus contenidos se encuentran con el dilema de ser auténticos o monetizar.

En el contexto de las redes sociales y el marketing digital, la autenticidad se refiere a la honestidad y grado de credibilidad y realidad que proyecta una marca o usuario en su perfil de redes sociales.

El equilibrio entre compartir experiencias auténticas y ser rentable es complejo, ya que el público valora la sinceridad a la vez que los influencers intentan obtener rentabilidad de su trabajo como creadores de contenido. Es decir, el desafío que presentan la consecución de resultados financieros, las presiones de la audiencia y la expectativa de contenido constante, el algoritmo y el reto de la visibilidad, destaca la necesidad de establecer unos límites claros con colaboraciones que estén alineadas a los valores y la identidad del creador y permitan un equilibrio de percepción entre el contenido orgánico y patrocinado. Este desafío destaca la necesidad de innovar éticamente para generar ingresos sin perder la integridad durante la creación de contenido.

La ética y la responsabilidad social son aspectos fundamentales en la monetización del contenido por parte de influencers y marcas por el impacto que puede tener sobre la sociedad a través de sus mensajes y acciones. Ambos agentes, influencers y marcas, deben respetar el bienestar de los usuarios y, al igual que en cualquier tipo de publicidad, no promover productos engañosos o informaciones falsas. Aunque se han abordado estos problemas mediante el uso de determinados hashtags, aún existe un gran margen para mejoras con respecto al uso de hashtags y etiquetas específicas, la verificación de la autenticidad y calidad de los productos o servicios que se promocionan, y el establecimiento de normativas específicas de algunas industrias relacionadas con la salud, la belleza y la alimentación.

Precisamente por esta búsqueda de la autenticidad, la tendencia está en la colaboración con microinfluencers, perfiles con menos de 100k seguidores en redes sociales, con alto grado de credibilidad por su altos niveles de interacción con su audiencia y su especialización en un sector específico. Su contenido es percibido como más auténtico y sus seguidores sienten ser parte de su día a día, sintiéndose además identificados con ellos.

También por este motivo está tomando fuerza el UGC (User Generated Content), que consiste en contar con contenido creado por personas reales que muestran sus experiencias con los productos o servicios de las marcas, suponiendo además un ahorro en costes para las marcas con respecto a la creación de contenido para sus redes sociales, ofreciéndoles así la oportunidad de ampliar su estrategia y comunicación a nuevas redes sociales como TikTok, que requieren de la creación de contenido creativo y natural en video. Ya no sólo se trata de ser coherente con la identidad de marca en todas las plataformas sociales y a lo largo del tiempo, de ser transparente en cuanto a prácticas, procesos y valores, de interactuar con la audiencia y de evitar el uso excesivo de fotos y vídeos de stock, sino de mostrar experiencias reales, con personas reales y situaciones reales.

Si no tenemos en cuenta estos factores, caeremos en la pérdida de confianza, la desconexión emocional con nuestros potenciales clientes, y por tanto, en la reducción de la participación de nuestra audiencia en redes sociales. Esto, a su vez, repercutirá en la reputación corporativa de la marca e impactará negativamente en las decisiones de compra. Al fin y al cabo, se trata de crear relaciones auténticas y comunidades fieles.

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