Confieso que mi incursión en el mundo de los podcasts debe entenderse como un descubrimiento, dado mi previo rechazo al mundo de la radio. Nunca fui una persona que siguiera programas de radio, ni siquiera durante mis viajes al colegio, ya que me costaba concentrarme en ese tipo de contenidos. Fue gracias a la pandemia y a estar en cuarentena, cuando había agotado todo el contenido de las plataformas de video, que descubrí todo el universo de posibilidades que los podcasts ofrecen

Desarrollé un gusto particular por ciertos tipos de podcasts, incluyendo los de noticias, temas específicos, marketing con publicidad y otros que incorporan humor. Redescubrí a Andréu Buenafuente y Berto Romero, a quienes seguía cuando vivía en España, gracias a un podcast maravilloso llamado "Nadie Sabe Nada". Este programa es peculiar ya que, aunque básicamente hablan de cualquier cosa, resulta muy divertido.

Una de las virtudes más destacadas de los podcasts es su capacidad para brindar contenido específico de interés en cualquier momento y lugar, al igual que las plataformas de streaming de video, como Netflix o Amazon Prime. Se trata de secuencias de audio que se publican periódicamente o de manera puntual, en su mayoría estructuradas como conversaciones.

No sorprende que, según cifras proporcionadas por las plataformas, el teléfono celular se haya convertido en el dispositivo predilecto para disfrutar de los podcasts, simplemente debido a que nos acompaña constantemente.

Pronto comprendí que el consumo de contenido a través de los podcasts se trata de afinidades y obsesiones personales que pueden explorarse tanto de manera profunda como entretenida. Esto me llevó a descubrir podcasts que abordaban temas que me apasionaban, ya fueran series de televisión o geopolítica. Sin embargo, el mundo de los podcasts es verdaderamente diverso, y alberga desde series que profundizan en géneros específicos como crímenes o historias de guerra, hasta aquellos que exploran la política y la cultura popular.

Mi interés por los podcasts creció al volver a trabajar en una agencia de publicidad, donde vi el crecimiento constante de este formato f. Los podcasts patrocinados y aquellos creados por marcas empezaron a surgir, ofreciendo una singular oportunidad para establecer conexiones más profundas con las audiencias. Empecé a preguntarme si éramos unos pocos entusiastas de los podcasts o si había un potencial real en esta tendencia.

Para las marcas, la oportunidad es innegable. Los podcasts permiten una amplia variedad de estilos y enfoques, que van desde el periodismo y la noticia hasta la comedia y la ficción. Esto implica que la esencia, el propósito y el tono de una marca pueden brillar con luz propia. Sin embargo, esto también plantea un desafío: los guardianes de la marca deben realizar ejercicios de estrategia de contenido minuciosos para comprender el verdadero papel de un podcast como activo de marca.

Es importante recordar que este espacio no se trata de lo que las marcas quieren comunicar, sino más bien de lo que las personas quieren oír. La alineación entre estos dos mundos es esencial para el éxito de un podcast de marca. Pero, crear un podcast desde cero no es la única opción; el patrocinio de podcasts ofrece una alternativa igualmente atractiva que permite a los creadores mantenerse en el aire y a las marcas encontrar sus audiencias de manera efectiva.

El podcasting representa una tendencia en constante crecimiento que ha experimentado un auge significativo en la última década a nivel mundial, con una audiencia que supera los 400 millones de usuarios recurrentes cada semana. Este medio ofrece oportunidades únicas para conectar con las audiencias y fomentar la afinidad, y su flexibilidad lo convierte en un terreno fértil tanto para creadores como para oyentes. Ahora es el momento de considerar cómo hacer que los podcasts sean aún más atractivos y verdaderamente efectivos para las marcas.

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