La IA ha permitido el desarrollo de algoritmos sofisticados que analizan grandes volúmenes de datos en tiempo real.
La Inteligencia Artificial (IA) ha revolucionado muchos aspectos, industrias, profesiones y claramente el marketing digital no es una excepción. La capacidad de procesar grandes y millones en cantidades de datos, identificar patrones y aprender de ellos, transforma la vida y en especial la forma en que las empresas, los negocios conectan con sus clientes y cómo a su vez estos promueven sus productos o servicios a otras para que exista el “Worth of Mouth”.
Es importante tener en cuenta que todo cambio genera una gran responsabilidad, y por eso dicha evolución implica superar ciertos desafíos y dilemas éticos que debemos abordar como marketeros.
Cómo primera medida, la IA ha mejora de manera contundente la personalización del marketing digital, beneficiando la recopilación de datos sobre sus clientes, consumidores, prospectos sobre sus preferencias, comportamientos, hábitos de compra, etc; en donde si se utiliza y analiza dicha información podremos tener estrategias muchos más robustas a nivel de contenidos altamente relevantes y deseados para nuestro target. Lo que significa que tendremos como resultado campañas de marketing mucho más efectivas, con retornos de la inversión (ROI) tangibles en tiempo y por supuesto mejora y aumento de manera paralela la experiencia con la marca.
No obstante, esta capacidad de personalización debe estar blindada desde cada una de nuestras empresas, sea grande o pequeña; puesto que la protección, recopilación y uso de información personal debe estar respaldados por una sólida estrategia de protección de datos y con el consentimiento informado de los clientes, consumidores y prospectos. Debemos tener claridad y transparencia en qué datos se recopilan, cómo se usan y brindar una opción de no participar en la compilación de estos datos, en caso que simplemente tengan una experiencia transaccional con nuestros productos/servicios.
El uso de IA, también impulsa el uso y desarrollo de chatbots que pueden interactuar con los clientes de manera muy similar a un humano, de esta forma apoyan la experiencia de marca, los procesos productivos y operativos de las empresas, para aprovechar al máximo tanto su recurso humano como el monetario, ayudan así a la resolución de tareas de baja complejidad, crece en interacción en tiempo real con nuestra marca de una forma rápida y efectiva. Sin embargo, es un arma de doble filo, puesto que si no se usa de manera apropiada puede afectar negativamente la experiencia y percepción de la empresa.
A pesar de estos desafíos, también nos encontramos con múltiples bondades que nos trae el IA, mostrándonos un mar de oportunidades y beneficios para nosotros que trabajos en marketing, no solo a nivel digital; dado que ayuda a las empresas a identificar nuevas tendencias, predecir comportamientos, optimizar las estrategias en tiempo real, automatizar tareas repetitivas y como lo mencionaba anteriormente se liberará tiempo en recurso humano que deberá verse traducido en el enfoque que deben tener ahora en actividades estratégicas y que sin duda no se puedan suplir con el AI, como por ejemplo el desarrollo de habilidades blandas, relacionamiento de manera presencial con clientes y prospectos, eventos presenciales, etc. Lo que conlleva a mejorar la toma decisiones en tiempo y forma ofreciendo siempre experiencias a nuestros clientes, fomentando la innovación y el desarrollo de nuevas ideas.
Puedo sacar como conclusión que la AI está transformando el mundo del marketing digital para bien, mejorando la personalización, automatización y eficiencia en procesos, pero debemos prestarle atención a cómo abordar desafíos éticos y la protección de datos para que no nos tomen por sorpresa. No le temamos a la implementación de tecnologías de AI y tengamos apertura a los cambios acelerados de esta era digital.
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