Conociendo al consumidor desde la academia
El comportamiento del consumidor ha evolucionado de ser un tema de interés a ser el centro de las gestiones del mercadeo moderno. Adentrarse en la pregunta del porqué la gente es como es o porqué hace lo que hace, tradicionalmente ha sido el terreno de las ciencias sociales y humanas, pero hoy, cuando el mundo está hiperconectado, las fronteras comerciales son porosas, surgen nuevos canales y puntos de contacto, cuando la hegemonía de marcas globales estimula la heteronomía de marcas locales, donde las herramientas para tomar decisiones de compra se vuelven más expeditas, se hace urgente entender al consumidor más allá de la transacción, del ciclo de vida y de la capacidad adquisitiva.
En esa mirada al consumidor desde una perspectiva holística, el discurso estratégico también se va transformando: ya no hablamos de un target como la presa a capturar sino de grupos de interés, que se pueden diferenciar tanto como las necesidades de las personas. Entendemos que no se trata sólo de tener una serie de datos estadísticos que permitan predecir sino de entender unos vínculos simbólicos que se arraigan en la cultura, que existen más momentos de la verdad, que hay océanos de muchos colores, que las vacas y las estrellas no son sólo ciclos de producto y que cualquiera que sea la fórmula que se adopte, la manera de garantizar la efectividad de la estrategia es conectarla con las dimensiones profundas del ser humano, las del deseo y la satisfacción, que transcienden por mucho al mundo del consumo.
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En este momento comprender el comportamiento del consumidor no es un acto altruista, no es filantropía, no es el principio del posicionamiento: es la única perspectiva capaz de dar sentido a todos los procesos comerciales, desde la innovación hasta la reputación, todas las decisiones estratégicas deben tener como principio y fin al consumidor, lo que implica comprender que las prácticas de producción, laborales, técnicas y ambientales, el discurso, la imagen, los imaginarios, los valores, vienen ligados a lo que se comercializa con el producto o servicio; hoy no se transan sólo satisfactores de necesidades, el acto del consumo es un escenario para que las personas reivindiquen y comuniquen lo que son y quieren ser, bien lo dice Canclini (1995) cuando ratifica que el consumo sirve para pensar, más allá de una decisión privada o utilitarista.
Enhorabuena llega la Maestría en Comportamiento del Consumidor de la Universidad Pontifica Bolivariana a ponernos sobre la mesa las construcciones de la Antropología, Sociología, Psicología y Economía, como pilares de una mirada que se afianza en principios humanistas para contribuir a un consumo socialmente responsable, desarrollando temas, reflexiones y herramientas que ayudarán a los futuros líderes de las empresas a lograr la coherencia de sus propuesta de valor con las búsquedas del público al que se deben.
Inscripciones abiertas en Medellín y Bogotá, más información en:
https://www.upb.edu.co/es/postgrados/maestria-comportamiento-consumidor-medellin y asesoria.integral@upb.edu.co.