Crece la preocupación por la salud mental

Comunicación

Crece la preocupación por la salud mental

Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud, OMS, estimó que la prevalencia de trastornos como ansiedad y depresión aumentó 25% en el primer año de la pandemia en todo el planeta.

La pandemia COVID-19 visibilizo diferentes crisis en salud mental en el mundo entero. Desde los problemas de la vida cotidiana hasta trastornos que no se habían identificado o en los que no se contaba con adherencia a las diferentes alternativas de tratamiento.

“Nuestra salud mental, como país, ha estado sujeta a tensiones permanentes expresadas en determinantes sociales como pobreza, violencia, narcotráfico, inseguridad, etc., que se reconocen como factores asociados a la presencia de alteraciones”, explica Olga S. Díaz Usme, directora de la Maestría en Salud Mental Comunitaria de la Universidad El Bosque.

Pero por otro lado, un aspecto positivo de la pandemia fue el reconocimiento de la fragilidad y necesidad de atención en salud mental, se evidenció que todos necesitamos fortalecer recursos para afrontar de manera efectiva las tensiones que genera la vida cotidiana y que más que un asunto individual, la familia, la comunidad, el entorno laboral y las relaciones que establecemos en los entornos en los que transcurre la vida cotidiana juegan un papel fundamental en el logro del bienestar y la calidad de vida.

“Tenemos derecho a no estar “siempre bien” y podemos compartir nuestros temores y alegrías”

Signos de alarma a los que se les debe prestar atención

Desde la maestría en Salud Mental Comunitaria comparten algunos síntomas que se pueden presentar si la salud mental se está viendo afectada:

· Identificar que las actividades que antes disfrutaba ahora no lo motivan ni las disfruta, sin existir una causa externa que lo justifique.

· Sentirnos sin animo para realizar las actividades diarias

· Presentar trastornos del sueño (bien sea no dormir o dormir mucho).

· Cambios en el apetito, come en exceso o come poco.

· Pensar que fracasó o que se decepcionó a sí mismo o a su familia.

· Tener dificultades para concentrarse y finalizar las actividades que inicia.

· Recurrir al consumo de alcohol o sustancias psicoactivas para evadir las tensiones diarias

· Tener dificultades para relacionarnos con otros y con nosotros mismos

Es importante, además, reconocer factores externos que afectan la salud mental: el transporte, las obligaciones diarias, los problemas familiares, las dificultades económicas, la presión social entre otras.

Si a usted le interesa aportar al cuidado de la salud mental tenga en cuenta

“En muchas ocasiones nos preguntamos ¿Qué hacer en situaciones que comprometen el bienestar del otro?, ¿Cómo apoyar en crisis? Realmente en la vida diaria, en nuestro contacto con los otros podemos aportar a su bienestar si tomamos tiempo para reconocerlos y contactar con sus emociones y con la forma como está experimentando las situaciones que lo afectan”, concluye Díaz.

También le puede interesar: ¡60 años de evolución de las Ciencias Marinas en Colombia!
TAGS