Si la tributaria pasa...

Análisis

Si la tributaria pasa...

Editorial 481

El Congreso de la República de Colombia recibe por segunda vez en dos años un proyecto de reforma tributaria que desata polémicas y enciende alarmas. Las polémicas son políticas y, a lo mejor, ajenas al sector de la comunicación y el mercadeo.

Las alarmas, en cambio, son económicas y le atañen directamente. Que haya habido dos intentos de reformas, en tan poco tiempo, demuestra que el país necesita incrementar el recaudo de impuestos para cumplir con sus obligaciones. Y que las dos reformas propuestas toquen el consumo masivo –primero, con el IVA a la canasta familiar y ahora, con el impuesto a los alimentos ultraprocesados– indica que los gobiernos de turno no ven más alternativa que ir directamente por el bolsillo de los consumidores.

No importa si la reforma pasa o si lo hace con modificaciones en el texto: en algún momento, la tributación pasará por el consumidor. En las semanas anteriores, la empresa de investigaciones Raddar dio a conocer un análisis de los impuestos propuestos en la reforma. De acuerdo con la compañía, esta reglamentación “podría generar un aumento en la inflación anual de Colombia de 1,89%, que es lo mismo que si se pusiera medio punto de IVA adicional a todos los productos que tienen IVA”.

La firma también describe que los hogares más afectados serían los más pobres, que tendrían un IPC de 2,36% y una inflación de 2,59%, mientras que esos mismos índices en los hogares de ingresos altos serían de 1,06% y 1,17%, respectivamente.

Si bien hacen falta debates y aún no se conocen las respuestas de la opinión pública ante estas propuestas, parece claro que tarde o temprano habrá una reforma que termine afectando al consumo masivo.

A su vez, esto reta al sector a debatir qué puede ser más conveniente de cara al consumidor.Un impuesto al consumo de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas –o a cualquier otro grupo de productos industriales– incrementará los precios de los productos y, por consiguiente, reducirá la compra.

Pero también hay alternativas a las que la industria deberá estar atenta. Por un lado, las marcas pueden decidir controlar los precios al consumidor, al reducir sus rentabilidades o recortar los presupuestos de mercadeo y publicidad. Y aunque falta camino para que la reforma sea un hecho, vale la pena iniciar una discusión en torno a los efectos que las reformas de este tipo pueden tener sobre el consumidor, las marcas y el sector. Más nos vale tener los temas estudiados y el terreno preparado ante las posibilidades futuras.

Artículo publicado en la edición #481 de los meses de agosto y septiembre de 2022.

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